viernes, 11 de febrero de 2011

La humillación de la emancipación

  Pues sí, es humillante que si eres joven necesites un mínimo de ingresos para poder salir de casa. No lo sería tanto si conseguir esos ingresos fuera un derecho sin condiciones.

  No lo sería tanto si no tuvieras que compartir vivienda o tener pareja para compartir gastos.
Esta visión de familia-negocio o familia condicionada por factores económicos, se debe superar para que en concreto el estado español no se aproveche de la coyuntura.
  No es ninguna bendición tener una familia dispuesta a mantenerte hasta los 30, que deriva en "papitis" y en "mamitis", que a su vez impide a los jóvenes experimentar su vida plenamente. No se trata de criminalizar la familia, que es una parte indispensable en la vida. Pero, esa benevolencia casera de aguantar a los churumbeles hasta que formen una familia o consigan un mínimo de estabilidad laboral no hace ningún bien. Hablamos, dejándonos llevar, de "hijitis". Que padres y madres tengan miedo de "perder" a sus amad@s hij@ es una soberbia falla social, ya puestos a hablar de economía. Supongo que la dictadura de Franco tuvo que ver mucho con el paternalismo con el que crecemos, o quizás tiene que ver con el carácter mediterráneo, o quizás con la iglesia católica y la tradición judaica, combinada con los factores mencionados.
El caso, es que los señores gobernantes y otras instituciones poderosas son conscientes de esto y lo tienen en cuenta en sus ingenierías sociales. Algun@s progenitor@s, tan content@s, con l@s niñ@ de 25 añazos bien controladitos, comiendo pizza  y viendo el "furgol"los domingos en familia y compartiendo el calor de la estufa en invierno, todos juntitos. Casi como en los cuentos de hadas y series norteamericanas (que por cierto, son todas formas de propaganda de un modelo de vida a seguir).
Si no hay trabajo, no pasa "res", pues a vivir en casa. Como decía, humillante. ¿Qué hay de la dignidad, de la posibilidad de hacer proyectos de vida a corto plazo sin miedos ni trabas? ¿Qué hay de la capacidad de decisión de las personas jóvenes en sus vidas, que han de consultar muchas de las cosas "transcendentales" en sus vidas a sus padres o madres? No, es quizás un tema económico, sólo, este de la independencia o emancipación. Ya conozco tantas formas de pseudo-emancipación.... que no tienen que ver con poder o no irse.
  Y no se trata de solidaridad, sino en una degeneración hacia formas de egoísmo , teñido con falta de independencia y autonomía en la toma de decisiones vitales(l@s niñ@s con menos gastos, "pa" que ahorren, y los papis y mamis con la prole en casita, reproduciendo socialmente todo un "modus vivendi").

II
  Qué fácil bromear con los ni-ni, concepto de bastante mal gusto, pero claro, el miedo que se nos hace respirar (mecanismos del poder, medios de comunicación, y nuestra propia familia) es normal que nos haga tener poca esperanza en el futuro.
  Hay quien cree que la forma en que han vivido sus padres podrá ser reproducida y disfrutada por las nuevas generaciones. Pues no, hay que despertar (es una humilde opinión).
  Los trabajos bien remunerados van a desaparecer si es que no lo han hecho ya, así como la estabilidad laboral. Los funcionarios que cojan aire porque tampoco se van a librar, y no deben olvidar que son parte del proletariado. Sí, sí, empleados públicos = proletarios.
  Un poco de teoría postmodernista, mezclado con paternalismo familiar, falta de información y exceso de desinformación (como que el asociacionismo no tiene ya valor, así como el sindicalismo combativo u otras formas de acción conjunta),  son los ingredientes para que la cosmovisión de jóvenes y no tan jóvenes sea una mera ilusión, lejana de la realidad.
Pero no os acojonéis, no os va a faltar comida transgénica, envasada y tratada, ni ropa, ni móviles táctiles, ni maquillajes ni videoconsolas, ni frigoríficos ni tabaco, ni cama ni techo. Simplemente no váis a vivir como vuestr@s padres y madres.
  Y que conste, que no intento infundir miedo, sino más bien llamar a la acción.

III
  Otra idea importante para considerar, es lo que he oído desde pequeño, que es el sueño americano, a la española. "Yo empecé desde abajo, me hice a mí mismo". Y un cojón de pato. Nadie se hace a sí mismo, sobretodo en el sector empresarial. Esa idea asumida por muchas, que es normal empezar desde abajo, cobrando poco, dejándote patear y zarandear en puestos de mierda, para después ir ahorrando, o invirtiendo, o promocionando (subir de puestos o utilizar la experiencia para conseguir mejores trabajos o montar negocios). Es ridícula, ya no vale. Hay que hacerla obsoleta. "Yo me hice a mí mismo". ¡Que no, pesao! Tú empezaste desde abajo, tú, (y no otros como tú) poseyendo un poquito más de poder (ahorros, enchufe, etc) que al principio, montaste un negocio, y para hacerlo funcionar contrataste (si es que hiciste contratos legales) o alquilaste fuerza de trabajo en condiciones precarias, aplicando la manera de hacer las cosas con las que aprendiste, reproduciendo este camino que se supone que es el único. "Yo me hice a mí mismo". No, joder, te fue bien porque gente trabajando muy barato siguiendo tus reglas te hacía ganar dinero, por tanto "no te hiciste a tí mismo".
  Y aunque mal, ha funcionado para alguna personas, hoy en día, ya no funciona así, pues la mayoría de trabajos precarios están controlados por grandes empresas en las que las posibilidades de "mejorar" son cada vez más limitadas. Es una ecuación simple, y espero que no demasiado: Cuanta más concentración de poder, menos libertades y derechos, para los que no comparten dicho poder.
  Así que la obsolescencia de esta forma de pensar, de estas reglas no escritas, no se está produciendo porque no nos hemos dado cuenta de que es absurda y tiránica (el explotado, si le va bien, se convierte en explotador, así como un esclavo aprende los vicios del amo) y queremos hacer algo por cambiarla, si no porque directamente cada vez son menos las posibilidades de "mejorar" en la vida de la manera que conocemos.
  En España ya nos estalló en las narices. Cuando personas con cualquier nivel cultural y moral, cuando cualquiera podía invertir sus ahorros en comprar pisos para que se les llenaran de polvo y tener "algo para el futuro" era una señal de desvarío total, de una política chanchullera de sálvese quien pueda, de premio al que más tuviera o acumulara, o especulara. Además, el ego de mucha gente se ve aun hoy día, o quizás más que nunca en la historia se ve reforzado, a falta de cierta paz interior, por símbolos de estatus, precisamente en sectores materialistas de la población (viviendas, coches, productos exclusivos...). No es nada nuevo. Pero a veces, como decía, con otros aspectos como la lucha de clases, se ha olvidado. El tipo de traje y Mercedes, aunque hoy en día ponga una ONG o una fundación, sigue siendo lo que era en los años 80. Y peor que él, los que intentan ser como él. Pero seguir por estos derroteros nos llevaría a hablar de consumismo y valores modernos (qué hacemos con el dinero, qué expectativas tenemos en la vida, qué consideramos que ha de ser un ser humano moderno, hasta qué punto, en qué condiciones y con quién  somos empáticos...)
A lo que iba, que tampoco es nada nuevo, y que enlaza con el tema de la emancipación y de los nini es que el capitalismo premia la avaricia.
        Cuando un español o española "inocentemente" se convertía en especulador y especuladora, quizás lo veía como normal. Joder si lo hace todo el mundo, si es lo normal. ¿Por qué no lo voy a hacer yo?
Y aunque sí que me atrevo a culpar a unas pobres (personas) trabajadoras, no voy a olvidar que los mayores especuladores son otros y otras. El mercado inmobiliario no es un sector productivo seguro, no más allá del proceso de construcción (en otros países la especulación no es una forma posible de economía especulativa). Y no me alegro por la cantidad de segundas, terceras o cuartas viviendas que van a ir a parar a manos de los bancos, porque es todavía peor (aunque es más fácil atacar un parque inmobiliario concentrado que desperdigado, y menos dañino para las personas con egos no desproporcionados).
   Pero, y mira que no soy refranero, "la avaricia rompe el saco", aunque alguna vez me han dicho, que mucha gente no especulaba por avaricia, sino porque era lo "normal", pero no, ratifico, es avaricia.
  Y como abogado del diablo, el valor principal del capitalismo, es la avaricia. El capitalismo ha disfrazado términos. Es un camaleón flipante: a la avaricia la llama ambición, o ganas de superarse, a la solidaridad, la llama caridad (o viceversa), a las desigualdades sociales, efectos coyunturales inevitables, a los muertos en las nuevas invasiones y expolios "legales", daños colaterales, o se inventa cabezas de turco casi a diario, a la pobreza, lástima, mala suerte o mala gestión de la vida, al imperialismo lo disfraza de globalización y a los desastres ecológicos, cambio climático por conducir coches.  A la verdad: mentira, locura, conspiración o desfase, a la lucha social y otras formas de organizar la educación, el trabajo, la riqueza o las relaciones sociales, utopía, insurgencia o terrorismo.
   Yo tampoco trabajaría por "4 euros", ¿y tú?
   Pero, todo queda en casa, y en casa cabemos todos, ¿verdad?

No hay comentarios: